Agadir, Marruecos (DPA).Organizaciones de protección de los animales advirtieron de que más de 40 poblaciones de mamíferos marinos están en peligro de muerte en el golfo de México debido a la marea negra que asola la región.
Ralf Sonntag, de la organización protectora de animales IFAW, explicó a dpa desde la ciudad marroquí de Agadir por qué corren peligro las ballenas y delfines de la zona: "Las ballenas y los delfines toman el petróleo a través del agujero de respiración o por la boca, pudiendo morir por eso".
Este fin de semana se celebra una reunión en Agadir entre más de 80 países de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que regula la captura de ballenas.
Por el momento, es complicado establecer las consecuencias que tendrá la catástrofe petrolera en la población de ballenas. Sonntag, biólogo de profesión, recalcó que, debido a que la mancha de crudo continúa extendiéndose, es posible que haya más especímenes en peligro.
El petróleo del vertido es solo un contaminante más con el que las ballenas deben luchar, pero en el mar hay otras sustancias químicas, como el mercurio o el policloruro de bifenilo (PCB), uno de los contaminantes más nocivos, según la ONU, cuyas consecuencias para los animales son desastrosas.
"Podría suceder que las toxinas, entre otras cosas, influyeran en la reproducción de los cetáceos septentrionales en el Atlántico norte", aclaró Sonntag. Por eso, no sería bueno que la piel de los animales retuviera restos de crudo.
Esto explica que en las islas Faroe, en Dinamarca, las autoridades hayan advertido del peligro de comer carne de ballena.
Por otro lado, las mamíferos marinos se enfrentan a otro problema creciente: la contaminación acústica del mar. El ruido de los barcos aleja a las ballenas de sus zonas de alimentación, lo cual hace que "los animales tengan menos fuerzas, se reproduzcan menos y las poblaciones disminuyan", dijo el biólogo.
Y para dejarlo claro, Sonntag añade: "También si estás en el mejor restaurante y pasa una moto a tu lado, te quita las ganas de comer".
Las señales de los sónares militares también han matado a muchas ballenas, según el biólogo, pues después de las maniobras militares, por ejemplo, en Grecia o en las Islas Canarias quedaron varados en las playas varios cetáceos.
Dichas señales impiden la audición a las ballenas y las asustan, haciendo que se sumerjan demasiado rápido y mueran por ello.
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Fuente: www.nacion.com