Científicos han comprobado genéticamente que existen diferentes especies de Orcas
Una nueva investigación genética parece confirmar que las orcas, de las que se sabe que tienen un cerebro muy desarrollado, no son una sola especie, sino cuatro o más, cada una de ellas con sus propias pautas de comportamiento, predilección por unas u otras presas, rasgos propios y lugares distintos de residencia. Se confirma así una sospecha albergada por los científicos desde hace tiempo.
De hecho, ya existía una clasificación fisiológica y de comportamiento: las orcas residentes sobre todo en la Costa Occidental de Norteamérica; las transeúntes, que se alimentan de animales de sangre caliente; y las marítimas, descubiertas en 1988 en aguas abiertas. Además, también se han distinguido 3 tipos diferentes de orcas en la Antártida: el tipo A, que vive en aguas abiertas; el tipo B, más pequeña que el anterior, que tiene parches en los ojos; y el tipo C, que es una especie enana.
Pese al reconocimiento de estas diferencias, los científicos no habían podido demostrar que se trataba de especies diferentes. Los análisis genéticos no eran concluyentes porque no se tenía asignado la totalidad del genoma de éstos cetáceos. Ahora mediante el uso de un método relativamente nuevo de estudio del ADN, llamado secuenciación masiva en paralelo, se ha podido descifrar el genoma completo a través de muestras mitocondriales de 139 especímenes de todo el mundo, capturados en el norte del océano Pacífico y Atlántico y en aguas que rodean la Antártida. El estudio ha evidenciado diferencias claras entre cada grupo.
El análisis indicó que en la Antártida, por ejemplo, los tipos B y C son especies de orcas completamente distintas de la del tipo A, y entre ellas también hay variaciones. El nivel de disimilitud entre los tipos B y C con otras orcas sugiere que sus linajes se separaron hace aproximadamente 150 mil años.
Los orcas transeúntes del Pacífico Norte también parecen ser una especie separada. El nivel de diferencias genéticas encontradas entre ellas y todos los otros tipos de delfines oceánicos sugieren que sus antepasados se separaron hace aproximadamente 700 mil años.